Alejandro Nató

 

Por Macarena Sucunza / EAAE

Nató: “El mediador tiene el rol de equilibrar el poder”

Especialista en Conflictos Públicos, el Dr. en Derecho instó a atender la conflictividad primaria para que no escale en violencia. “Siempre hay algo que se puede hacer con el conflicto y detrás de todo conflicto hay una exclusión, hay que saber trabajar esto”, destacó.


El Dr. en Derecho, Mediador y Especialista en Conflictos Públicos, Alejandro Nató, fue consultado por la mediación sociocomunitaria, cuáles son sus claves, cómo se conforma y qué recomendaciones brindaría a los profesionales que decidan seguir capacitándose o actualizándose en la materia.

Al respecto, aseguró que en un principio hay que pensar “alrededor de las cosas que pasan actualmente, encuadrar la contextualización de la etapa”. Además, sostuvo que los conflictos de la vida cotidiana están atravesados por la fragmentación social urbana, por el contacto a distancia y por lo que implica la relación con la alteridad. 

Nató, con su vasta experiencia en el tema, afirmó que como sociedad ponemos barreras de invisibilidad para poder hacer lógicas simbólicas de distanciamiento con el otro. Esto también genera el no querer estar cerca de los otros y pedirle al Estado que me saque los saque de encima, que me proteja.

– ¿Y esto cómo se manifiesta?

– Ahí vienen algunos temas que son las discriminaciones, las aporofobias, la mirada cruzada, el etnocentrismo, (pensar) que mi cultura es más importante que la tuya, entre otras cuestiones. El conflicto está en la ciudad más que nada, pero uno podría hablar de conflictos sociales, urbanos y territoriales. Un ejemplo sería el extractivismo, que puede llegar a generar contaminación, ningún tipo de beneficio para la gente que vive alrededor, el desplazamiento de población, fricción entre las personas, descontentos, acontecimientos, entre otros. 

En la vida cotidiana, debemos pensar como trabajar no para que no haya conflicto, sino para que no se impriman cuotas de violencia al conflicto. Hay síntomas del conflicto que son iniciales que se pueden trabajar, pero hay una cultura de tomar el conflicto cuándo está en escalada, cuándo se ha desarrollado muy fuerte o está en los medios de comunicación. 

– En este marco, ¿qué rol tiene el Estado?

– La pregunta es ¿cuál es la capacidad de asimilar el conflicto que tiene el Estado? ¿cuáles son los mecanismos de predisposición que tiene el Estado posibles, factibles, para atender la conflictividad primaria? Esto es sistema de alerta temprana. Ahora, a nivel comunitario no son un eslabón más dentro de las necesidades de la funcionalidad del sistema, sino que están para contribuir con la gente, con los problemas que tiene la gente cuándo vienen los primeros pedidos, demandas, susceptibilidades, en esa primera sintomatología. 

Nos enseñaron que los conflictos no son ni buenos ni malos, que son una oportunidad para trabajarlos, el vaso lleno y el vaso vacío. Y no es así. ¿Saben la carga que tiene la gente cuándo tiene un conflicto? Nadie dice “uh, qué lindo, tengo un conflicto”, sino “tengo un conflicto, es muy pesado, tengo que hacer algo”. 

– ¿Cómo se trabaja desde la mediación comunitaria? 

– En la mediación comunitaria tratamos de tener cuatro patas: una que es el tratamiento del conflicto por los mediadores, otra que es la prevención, otra que es el fortalecimiento individual y comunitario y la educación para la paz. 

Esto último tiene que ver con campañas de buen trato, con trabajar para el bien común, con cuestiones qué vinculadas a la mediación en las escuelas, con los ejes de socialización primaria, con empezar de vuelta con la socialización y con los niños, con llegar ahí también. 

– ¿Qué recomienda a aquellos profesionales que deseen seguir capacitándose en este tema?

Hay que pedir capacitaciones específicas. Las defensorías del pueblo trabajan dotando de este tipo de recursos a muchos vecinos que puedan llegar a tener estos instrumentos, pero estos instrumentos se pueden llevar a muchos lugares, como las universidades, las empresas están llevando sistemas de resolución de conflicto, las escuelas que tienen mediación social. Esto está permeando determinadas capas sociales para poder atender la conflictividad. 

Hay estructuras del Estado que empiezan a capacitar y a formar a aquellos que pueden atender los conflictos sociales a tiempo. Es mucho más amplio, siempre hay algo que se puede hacer con el conflicto y detrás de todo conflicto hay una exclusión, hay que saber trabajar esto. 

El mediador lo que hace es equilibrar el poder y conducir un proceso seguro, en dónde la gente se sienta lo suficientemente segura. Hoy decís diálogo y las personas se crispan, entonces ¿cómo hacer entender que esa palabra que pueda llegar a tener una representación social posiblemente negativa pueda llegar a tener otro tipo de lugar? Ese también es nuestro rol.


SOBRE EL ENTREVISTADO Es abogado, procurador (UBA), mediador, especialista en gestión de conflictos públicos y Doctor en Derecho de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Fue Defensor del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2003) y es representante permanente del Centro Carter en Bolivia y Observador Electoral de dicha institución (2007/2011).
Además, cuenta con un Certifícate in Globalization- Georgetown University (Washington DC, EEUU), una Maestría en Resolución de Conflictos y Mediación- Universidad de León (España) y una Maestría en Cooperación Internacional y gestión de proyectos-Campus Stellae (España).
Es profesor titular de Cátedra de Derecho Privado del Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos Aires, adjunto de Derecho Internacional de los Derechos Humanos Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, presidente del Centro Internacional para el Estudio de la Democracia y la Paz Social (C.I.E.D.E.P.A.S.), coordinador académico del Instituto Latinoamericano del Ombudsman (ILO) y Coordinador de la Oficina de Gestión de Conflictos de la Defensoría del Pueblo de la Nación Argentina.